¿Por qué dejo las cosas para después?
Esta es una pregunta que seguramente te has hecho más de una vez en tu vida. Al igual que tú, a mí también me ha pasado varias veces, para serte sincera. En mis consultas, es una queja bastante habitual; las personas me buscan para ayudarles a dejar de procrastinar cada vez más. Esto hizo que me interesara en el tema y decidí investigar cómo dejar de procrastinar.
Al inicio, encontré que trabajar con una programación era indispensable para dejar de procrastinar. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que, si bien era un buen plan de acción, no era perdurable. Únicamente se cumplía cuando la persona se encontraba motivada, pero una vez pasaba el efecto, también se iba el hábito de trabajar con programación.
Por lo que seguí investigando, buscando otras soluciones duraderas, e incorporé una pregunta en la que no me había centrado antes: ¿Por qué las personas procrastinan?
Dicho esto, en este artículo te compartiré un resumen de mi investigación y algunas soluciones para dejar de procrastinar.
Antes, es importante aclarar algunas preguntas:
¿Qué es procrastinar?
La procrastinación implica la posposición intencional de tareas importantes. Esto representa un grave problema cuando perdemos el control sobre lo que queremos hacer, haciéndonos sentir frustrados, ansiosos, enojados y deprimidos a consecuencia de no terminar una tarea o de no hacer algo que sabemos que tenemos que hacer.
¿Por qué dejar para mañana lo que podemos hacer hoy?
En realidad, la procrastinación no es un tema de pereza. El postergar las tareas o acciones se debe al miedo a enfrentar la emoción que viene asociada con aquello que tenemos que hacer.
¿Por qué debo enfrentar esa emoción?
Enfrentar la emoción representa tanto la raíz como la solución. Si evades y no te permites gestionar esa emoción, esta saldrá de una u otra manera, ya sea expresada en palabras o en enfermedades.
¿Cuáles son las consecuencias de procrastinar?
A medida que postergamos, inicia la rumiación, ese diálogo interno que te dice algo como lo siguiente:
No eres capaz de terminar.
Nunca lo vas a lograr.
No sirves para nada.
Quizá mañana esté más motivado y lo haré.
Este diálogo interno destructivo es el verdadero peligro de procrastinar, porque cuantas más veces te dices lo mismo, más se programa en tu cerebro que así es. Déjame decirte que todo lo que le dices a tu mente, esta lo toma como verdad. Esto es porque nuestro cerebro no sabe distinguir entre verdad o mentira. Así que, a partir de hoy, te pido que cada vez que te encuentres pensando y hablándote de esta manera, te detengas, cuestiones tus pensamientos y los reemplaces por pensamientos que te contribuyan, como por ejemplo:
Esta vez terminaré lo que inicié.
Yo puedo tener esta conversación que he estado postergando.
Esta vez haré lo que sé que tengo que hacer.
¿En qué áreas se refleja la procrastinación?
Por ejemplo:
Tendemos a posponer un reporte laboral hasta última hora.
Tendemos a posponer una cita médica.
Dejamos una tarea para última hora, pensando que seremos más productivos de esa manera.
Dejamos para después esa conversación que sabemos que tenemos que tener.
Dejamos para después esa decisión que sabemos que es lo mejor para nosotros.
Una vez conocido esto, puedo darte las soluciones para dejar de procrastinar:
Estas se reducen a tres soluciones muy poderosas:
Haz una lista de todos los pendientes que has dejado en pausa, pero que sabes que tienes que hacer. Ahora, al lado de cada ítem de la lista, responde la siguiente pregunta: ¿Por qué no lo hago? Como dice una frase que escuché en algún momento: "cuando uno se entiende, se comprende y se conoce, es capaz de gestionarlo mucho mejor”.
Divide ese trabajo que tienes que hacer en subdivisiones, es decir, en pequeñas tareas. Aquí, como siempre le digo a mis pacientes: no te centres en la meta, céntrate en los pasos que darás para llegar a esa meta. Es decir, en vez de enfocarte en la gran meta, ponte pequeños objetivos.
Elimina los distractores: quita el celular, quita todo dispositivo y quita las excusas que normalmente te pones para dejar de hacer lo que tienes que hacer.
Al inicio, encontré que trabajar con una programación era indispensable para dejar de procrastinar. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta de que, si bien era un buen plan de acción, no era perdurable. Únicamente se cumplía cuando la persona se encontraba motivada, pero una vez pasaba el efecto, también se iba el hábito de trabajar con programación.
Por lo que seguí investigando, buscando otras soluciones duraderas, e incorporé una pregunta en la que no me había centrado antes: ¿Por qué las personas procrastinan?
Dicho esto, en este artículo te compartiré un resumen de mi investigación y algunas soluciones para dejar de procrastinar.
Antes, es importante aclarar algunas preguntas:
¿Qué es procrastinar?
La procrastinación implica la posposición intencional de tareas importantes. Esto representa un grave problema cuando perdemos el control sobre lo que queremos hacer, haciéndonos sentir frustrados, ansiosos, enojados y deprimidos a consecuencia de no terminar una tarea o de no hacer algo que sabemos que tenemos que hacer.
¿Por qué dejar para mañana lo que podemos hacer hoy?
En realidad, la procrastinación no es un tema de pereza. El postergar las tareas o acciones se debe al miedo a enfrentar la emoción que viene asociada con aquello que tenemos que hacer.
¿Por qué debo enfrentar esa emoción?
Enfrentar la emoción representa tanto la raíz como la solución. Si evades y no te permites gestionar esa emoción, esta saldrá de una u otra manera, ya sea expresada en palabras o en enfermedades.
¿Cuáles son las consecuencias de procrastinar?
A medida que postergamos, inicia la rumiación, ese diálogo interno que te dice algo como lo siguiente:
No eres capaz de terminar.
Nunca lo vas a lograr.
No sirves para nada.
Quizá mañana esté más motivado y lo haré.
Este diálogo interno destructivo es el verdadero peligro de procrastinar, porque cuantas más veces te dices lo mismo, más se programa en tu cerebro que así es. Déjame decirte que todo lo que le dices a tu mente, esta lo toma como verdad. Esto es porque nuestro cerebro no sabe distinguir entre verdad o mentira. Así que, a partir de hoy, te pido que cada vez que te encuentres pensando y hablándote de esta manera, te detengas, cuestiones tus pensamientos y los reemplaces por pensamientos que te contribuyan, como por ejemplo:
Esta vez terminaré lo que inicié.
Yo puedo tener esta conversación que he estado postergando.
Esta vez haré lo que sé que tengo que hacer.
¿En qué áreas se refleja la procrastinación?
Por ejemplo:
Tendemos a posponer un reporte laboral hasta última hora.
Tendemos a posponer una cita médica.
Dejamos una tarea para última hora, pensando que seremos más productivos de esa manera.
Dejamos para después esa conversación que sabemos que tenemos que tener.
Dejamos para después esa decisión que sabemos que es lo mejor para nosotros.
Una vez conocido esto, puedo darte las soluciones para dejar de procrastinar:
Estas se reducen a tres soluciones muy poderosas:
Haz una lista de todos los pendientes que has dejado en pausa, pero que sabes que tienes que hacer. Ahora, al lado de cada ítem de la lista, responde la siguiente pregunta: ¿Por qué no lo hago? Como dice una frase que escuché en algún momento: "cuando uno se entiende, se comprende y se conoce, es capaz de gestionarlo mucho mejor”.
Divide ese trabajo que tienes que hacer en subdivisiones, es decir, en pequeñas tareas. Aquí, como siempre le digo a mis pacientes: no te centres en la meta, céntrate en los pasos que darás para llegar a esa meta. Es decir, en vez de enfocarte en la gran meta, ponte pequeños objetivos.
Elimina los distractores: quita el celular, quita todo dispositivo y quita las excusas que normalmente te pones para dejar de hacer lo que tienes que hacer.